No quiero acordar con ese concejal, de un pueblo costero al que conozco, acordar la compra de un terreno rústico de unos pobres ganaderos que pastorean ovejas en el mismo y que es propiedad de su familia desde hace varias generaciones.
No quiero pagarles a precio de rústico su terreno para, con la mediación del concejal, en un día convertir ese terreno en solares urbanos para que otro constructor golfo haga su agosto y repartamos el dinero los tres.
Quiero en esos días de pánico en que un modesto ahorrador que necesita su dinero, tal vez para la entrada de su vivienda, y ha entrado en Bolsa sin saber que se metía en el patio de monipodio, seguramente muy bien aconsejado por el brillante economista-director de la sucursal bancaria mas próxima a su domicilio poder darle contrapartida y que consiga la liquidez que precisa.
Quiero poder hacerlo pero...como no soy un insider he de hacerlo solo y únicamente guiado por mi instinto y... el problema es que me falta dinero y sobre todo me faltan redaños.
El día que me atreva quizás acierte y me forre o las acciones se desplomen mucho más y pierda... hasta la camisa.
Pero como lo habré hecho sin información privilegiada si acierto y me forro...podré mirar a los ojos a mi hijo mientras le confieso: Tu padre es un cochino especulador.
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